viernes, 12 de agosto de 2011

En la biblioteca Luis Buñuel de El Instituto del Tololar

Experiencias de voluntarios en León. Verano 2011. Mercedes Basols Molina.

Estoy en la biblioteca del Instituto de El Tololar, junto con Pilar. Aquí he encontrado a una persona llena de ideas y ganas de enseñar a los chavalos. Su nombre es Dina, y ha sido profesora de otra comunidad durante seis años. Desde febrero el Tololar tiene la suerte de contar con su presencia e iniciativa. A través de juegos, cuentos, canciones y dramatizaciones busca motivar a los chavalos para que lean y crezcan como personas.

“En las bibliotecas de España tiene que haber silencio, verdad?”, me pregunta Dina. “Cómo, no”, respondo en idioma nica. (Así es como dicen el “sí”). Dina lo sabe pero cree que es más fácil que los chavalos se sientan cómodos y vean la biblioteca como un lugar por y para ellos. Por eso en los recesos (descansos) corren hacía la biblioteca para jugar con el tablero o el domino, o pasar alguna cosa en la computadora. Además Dina se encarga de controlar los libros de texto, ya que no hay demasiados. Los chicos vienen a buscarlos y los devuelven cuando acaban. También hay novelas y cuentos que los chicos pueden llevarse a casa y devolver en unos días.

Dina ha iniciado actividades para motivar a los chavalos a leer como clases de motivación lectora, concurso de lectura y un club de lectura. También viaja con varias alumnos y una caja llena de cuentos a los diferentes coles de la comunidad: se trata de la biblioteca viajera. Este martes organizó un encuentro de preescolares en la biblioteca. Decoramos la sala con adornos y material enviado de España de los Alumnos de Instituto Luis Buñuel. Hubo juegos, canciones, chimbombas (globos) y teatro de marionetas.

La falta de recursos es compensada con ideas creativas y mucha voluntad y risas. Porque aquí no te quitas la sonrisa de la cara y no dejas de sentir el cariño y calor de toda su gente.

1 comentario:

  1. Mercedes, qué lindo tu relato. Mil gracias por compartir con nosotras/os esta experiencia tan bonita que estás viviendo. Ya veo (más bien ya leo) que la estás disfrutando muchísimo. Desde la distancia nos das mucha envidia (de la sana, claro).
    Esperamos seguir leyendo tus crónicas. Te animamos a seguir escribiendo.
    Un abrazo caluroso.
    María

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